domingo, 22 de abril de 2018

Flor de cerezo.

Solo me faltaba ser viento para saber que planes manejabas 
en tus manos sucias
de problemas y mentiras
de mentiras y ojeras
de ojeras y hogueras.

¿Dónde quemaste ese pequeño corazón?
Que está tan negro que ya no late
solo hay cenizas de aquel fuego
en el que hiciste arder cada trozo de recuerdo
cada pedazo de mi.

¿Qué vas a hacer con él?
Quizá matarlo sea la mejor opción
o ahogarlo en tus yantos
incluso quizá hincharlo.

Puede, que simplemente debas enterrarlo
que cree raíces,
y quizá
solo quizá
pueda volver a nacer.

Abrirse como una margarita,
mirar al sol como un girasol,
florecer como una flor del cerezo japonés.


sábado, 27 de enero de 2018

ReQuímica.

              Inspirada en la canción de Juancho Marqués - Química.

Sin tocar los pies contra el suelo
reviento el cielo pisando fuerte
porque cuando vuelves
me tiro, otra vez
sin dudarlo,
poniéndolo perdido otra vez.

Porque morir esta noche 
me parece un buen plan.

Viendo tu mirada por última vez,
antes de estrellarnos 
contra cualquier astro
contra tus ojos
contra el sol 
                  -que tienes por corazón.-
Contra cada jodida ciudad
que hemos pisado.
Contra los palacios 
que has construído 
con tus propias manos
                  -en mi pecho.-

Que has creado el Edén en mi, 
bailándome el agua
cada vez que vuelves;

y me tiro otra vez
                  a volar 
                  y tú me sigues de nuevo.

martes, 2 de enero de 2018

Jamás le haré caso.

Balbucea palabras sin sentido
que a mi no me importan
pero sé que le encanta.

Me hago la interesada hasta que se da cuenta
de que estoy en los laureles
y me llama pailana
como si de una enana se tratara.

Le sonrío y como tengo buena memoria le digo que si que me interesa
y le hago un breve resumen de lo que me contó 
y al final decaigo 
y le digo que me da igual lo que me cuenta
que por oír su voz              -todo-

Le sonrío al oído 
y le beso la mirada
en cada encuentro de reojo
en la madrugada.

Tras un insomnio que me anhela
él me despierta con una nana muda,
con ritmo de caricias 
y besos en mi oreja.

Aunque yo no le haga caso,
él me habla de las estrellas
de cada piedra
y me cuenta su infancia como si mismo ayer fuera.
Y qué sonrisa tienen sus ojos cuando recuerda momentos 
que guarda en el corazón de piedra que lleva.

 Y aunque yo no le haga caso
recuerdo cada palabra que ha salido de sus labios
cada canción que me ha cantado
cada te quiero que me ha recitado.

Porque nunca jamás le haré caso,
aunque él sepa, que toda su vida 
llevo en la memoria puesta.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Bailando en Santa Maria della Salute.

                    "Yo solo fumo y dejo que el humo me mate."                                                             Sharif


Entre mis manos juego con el humo del cigarro
creyéndome una bruja, entre tanto humano
creyendo que cada paso que doy cambia algo;
como si por alguna casualidad yo 
-una simple e insignificante persona-
pudiera hacer algo
por este mundo de mierda.

Y lo único que hago es
matarme 
en cada curva
que hay en su cuerpo.

Una y otra vez

una     
    y 
      otra 
           vez.

Como si yo, desde el acantilado 
que son sus manos
pudiera cambiar su mundo.
Cómo si yo fuera importante -pienso-

Y entonces
me miro en sus negros ojos cristalinos
y soy capaz de ver
que
  soy capaz de todo.

No me hace falta ser bruja, 
no me hace falta ser quien no quiero ser.
Simplemente ser
quien 
yo quiera.

Sin tener que matarme en cada curva,
sin tener que matarme en     sus     curvas.
Porque es mucho mejor
dejarse llevar
y ser 
yo misma en cada estribillo
dejando que sea el humo quien me mate.


martes, 21 de noviembre de 2017

Leona alada

Voy a suicidarme en el barranco de tu ombligo,
no siento la vida ya
ser mía.

Encontré el cielo, en tu cadera
entre caricias y versos
entre besos y miradas
al son de una canción de Sharif
a ritmo de Zoo
a noches teniendo de fondo Tiempos de Cambio V
a una madrugada entre palabras 
y sábados rozando cualquier césped.

Tú, mi cielo.
Donde puedo dejarme y acabar entre plumas
con las que       día a día
haces de ellas 
mis propias alas y ser como tú,
un Lucifer con buen corazón
a pesar
       de que mi cabeza sea la jaula.

Mientras me mata la cobra de Cleopatra 
entre tus brazos
sé que cuando despierte 
seré libre; por que mi cielo particular 
es despertándome a tu lado
sabiendo
que me vas a estar viendo mientras duermo
esperando a que abra los ojos,
para decirme que mis ojos son la luz
de      cada      mañana.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Agujas afiladas.

He vuelto para recordarme
que no soy yo quien escribe,
que es el fantasma que me persigue.

Que cada momento que añoro,
cada pedazo de mi que no recojo
-y dejo por el camino-
me hace cada ves más falta 
para volver a ser yo.

Y que el alma perdida que me atormenta 
deje, por una vez de encontrarme
y me deje respirar
en esta burbuja donde,
cada vez,
me hace más y más falta el aire.

Quizá sea yo quien deba romper la burbuja,
quizá sea yo quien deba 
afrontarse al fantasma;
dejarme invadir
y aunque duela,
seguir viviendo
aunque ya haya muerto por dentro.

lunes, 5 de junio de 2017

Mi cuarzo rosa.

Me dedico día a día a versionar canciones
desde cambiarle el ritmo a cambiarle las letras.

En las paredes de mi cueva, retumban notas musicales
como si fuesen rayos de sol, formando arco iris en mis espejos.
Vivo en una cueva, me gusta llamarle mi cuarzo rosa.

Desde que lo vi, supe que quería vivir en sus adentros para siempre
mimarlo, cuidarlo y ser feliz en él.
Me enamoró, la forma que tenía de hacerme libre y depender de una casa,
pero,
me revolucionó cuando entraba y me hacía sentir que estaba en mi hogar.
Aunque a veces en mi cuarzo rosa me ahogaba, siempre podía
respirar aire limpio y asumir cualquier problema que se me pusiera delante.
Miré cada uno de los arco iris que se formaban cuando por su gran ventana 
entraba toda la luz del universo.
-como me relajaba.-

Recuerdo aquella primera vez que la vi, 
recuerdo la primera vez que toqué sus débiles paredes
pero fuertes a simple vista.
Recuerdo ir haciéndolo fuerte mientras era él el que me fortalecía a mi.